La llegada de la Bi Maternidad

Como algunos ya sabrán en parte este parón se ha debido a la llegada de un nuevo miembro a la familia. ⁠Su llegada ha supuesto un revoltijo de emociones y cambios que todavía estamos aprendiendo a gestionar. ⁠Sin duda la adaptación de la hermana mayor es uno de los grandes retos, y en esta entrada espero poder compartirles mi experiencia y por si les sirve algunas de las cosas que hemos intentado hacer.

El post parto con dos es totalmente diferente al primer postparto, y creo que es por donde debo empezar. Personalmente llevo bien esas semanas tras el parto, me recupero bien físicamente (por suerte ambos partos han sido vaginales y las suturas se me han curado bien), y me encanta la quietud y ese conocer al nuevo bebé. Por supuesto que, dependiendo del bebé, la falta de sueño es demoledora.

Con mi primer bebé el sueño fue uno de los retos, sin embargo el papá y yo nos hacíamos turnos de descanso, él salía de paseo para que yo durmiera, yo hacía las madrugadas para que él descansara… Y bueno, cada semana y cada mes fue mejor. Pero claro… ¿Y con dos?

Pues con dos no hay calma, no hay quietud y no hay turnos… lo que es igual a un caos importante para serles sincera. Porque mientras uno juega con la mayor, el otro está con el peque. Cuando el peque quiere dormir la mayor no quiere que duerma, cuando hay que tenerlo en la teta la mayor quiere mamá, cuando la mayor se tiene que ir a dormir el peque llora. Y claro, yo no vivo en un chalet, por lo que todos escuchamos los lloros, gritos y situaciones de todos.

Cuando me preguntaban qué tal, las respuestas eran diferentes a las que daba hace tres años con mi primer bebé. Hace tres años decía, pues bien, con sueño pero contenta. Ahora respondía… muy difícil, la verdad, pero no por el bebé, que es lo que es, sino por mi y por la “mayor”. Entrecomillo la mayor, porque nuestra percepción cambia pero sigue siendo una peque.

Y es que la mayor tiene 3 añitos, y ha visto como su vida en un mes ha cambiado por completo (comienzo de cole nuevo y llegada de hermanito). Y es que la mayor todavía no sabe regularse y ha sentido que sus pilares se desmoronaban y no ha sabido qué hacer con tanta emoción. Y es normal, lo malo es que se ha encontrado con un papá y una mamá que pese a intentarlo por momentos se han visto sobrepasados.

Y es que, no nos engañemos, ¿Cómo podemos sentir tantas emociones juntas? Personalmente estaba feliz de tener mi familia de 4 pero a la vez sentía culpa, tristeza, por momentos rabia… y es que no podía creerme que mi pequeña lo pasara mal porque habíamos decidido tener otro bebé. Ay la culpa, siempre persiguiéndonos ¿eh? Pues si, pero pese a todo tiramos para adelante como buenamente pudimos!

  • Lo primero que hicimos fue crear ratos en exclusiva para la mayor, con cada uno de nosotros y con los abuelos. Solo para ella, que se sintiera parte especial de varios momentos al día sin su hermanito.

  • Acompañamos sus emociones, le pusimos nombre y le dimos herramientas para tratar de que se sintiera mejor.

  • Tratamos de llevar con naturalidad y calma ciertos retrocesos (esto ha sido uno de los grandes retos, y en ocasiones no hemos podido mantener la calma)

  • Antes de que naciera le explicamos lo que iba a pasar, sin adornos, siendo sinceros sobre los cambios y sobre que al principio tener un hermano es un rollo.

  • Implantamos rutinas que le dieran seguridad, y en las que siempre estábamos con ella.

Pero ¿saben qué? La situación seguía siendo demasiado para ella. Y ¿saben qué fue lo que realmente nos funcionó? EL TIEMPO. Si, el tiempo. Con el paso del tiempo el colegio dejó de ser un sitio nuevo y extraño, con el tiempo se costumbró a la nueva forma de vivir en casa, con el tiempo entendió que el hermanito no puede hacer ciertas cosas y con el tiempo llegó la Navidad. Y el tiempo en familia.

Los primeros días de las vacaciones de Navidad fueron horrorosos. A la peque siempre le cuesta adaptarse a los cambios, pero una vez pasados los primeros días pudimos sentir que volvía a su ser. Y es que lo que necesitaba era calma y familia. Estar los 4 juntos y tranquilos.

Por supuesto que a diario hay momentos de caos, tras 3 meses de ser 4 todavía hay muchas cosas que todos tenemos que ir aprendiendo, pero por lo menos la peque vuelve a ser ella misma y en todo su esplendor.

Lo siento si alguno vino hasta aquí esperando tips mágicos para los celos entre hermanos, o una receta perfecta. Sinceramente creo que no la hay, somo humanos, tenemos emociones y situaciones que nos desbordan y necesitamos tiempo y compañía para mejorar nuestro sentir.

Sentir que pertenecemos, que estamos, que no dejamos de ser parte es la base, pero para que todos esos sentimientos se coloquen hace falta tiempo en familia, y a veces, por el caos del día a día esos tiempos en familia tardan en aparecer.

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