¿Por qué elegir un profesional de la psicología cualificado?

Actualmente es muy fácil encontrarnos con personas que nos quieran ayudar a mejorar nuestras vidas. En ocasiones nos animan a cambiar nuestro estilo de vida, nuestra nutrición, nuestra actividad física… Y si nos encontramos en un mal momento, por causas económicas, laborales o familiares, es muy fácil caer en su discurso. Discurso que está creado precisamente para eso, para atraerte y para que consumas lo que te venden, porque no nos vamos a engañar, tras esto siempre hay algo que te venden.

El problema está en que muchas veces estas personas no cuentan con la cualificación profesional que requeriría tu caso. No son nutricionistas, ni psicólogos ni licenciados en ciencias de la actividad física y el deporte. Y esto, más que les pese, se traduce en que va a haber muchas cosas que excedan de sus conocimientos. Y esta falta de conocimientos pone en peligro tu salud física y mental, que ya podía estar dañada por el estado en el que accediste a sus servicios.

A parte del discurso, muchas veces resultan atractivos porque muestran resultados y opiniones de sus anteriores clientes, solo las buenas, por supuesto. Y por otro lado, sus precios, son mucho más económicos que los de otros profesionales cualificados. Y es normal, voy a tratar de explicar el por qué.

Yo misma, he invertido en mi formación miles de euros (muchos miles de hecho), tengo mis títulos oficiales y propios y sigo formándome. Cuando comience mis servicios voy a tener que pagar las cuotas ya por todos conocidas de persona autónoma, pero además:

  • Alta como profesional sanitario

  • Alta como centro sanitario, por lo que no puedo hacer mi consulta en cualquier sitio.

  • Cuota de colegiada en mi colegio profesional (Esto me avala como profesional formado en psicología y con capacidad para ejercer)

  • Entre otras: alquileres, gastos, tributos…

Así que no es solo lo que ya he invertido, también es lo que sigo invirtiendo para ser un profesional reglado y con todos los requisitos legales. Y si, esto se traduce inevitablemente en que voy a tener que cobrar un mínimo, que siempre será superior al de otra persona que no tenga este aval profesional, y por lo tanto no tenga que asumir estos gastos.

Más allá de todo esto, lo que siempre me ha preocupado de que las personas acudan a profesionales no cualificados es que se juegan su salud. Estas personas no tienen porqué ir a mala fe, de hecho creo que en su mayoría realmente quieren ayudar. Pero no cuentan con los conocimientos necesarios para tratar temas de salud. Porque, por mucho que yo estudie por mi cuenta, no sería capaz de abarcar una formación como la que te ofrecen en la carrera. Que todos coincidimos que no es suficiente, pero que si nos sienta una base sobre la que seguir construyendo.

Y dentro de estas lagunas de conocimiento puede que no detectes que detrás de esa solicitud de ayuda hay un trastorno mental, un trastorno de la conducta alimentaria que se ha arrastrado durante años o una lesión mal curada, y tu acompañamiento hará que la situación pueda empeorar. Si esta persona no lo detecta, o no te deriva a un profesional capacitado, la cosa puede terminar cronificándose, o siendo mucho más complicada de solucionar. Lo que a la larga te llevará un mayor malestar, más tiempo y un mayor gasto.

Por todo esto, un profesional cualificado:

  • Se presentará y te dirá por qué sabe lo que sabe.

  • Tendrá un precio ajustado a su servicio.

  • No te hará de primeras promesas sobre tu mejoría, no temporalizará nada sin conocerte.

  • Lo primero que hará será conocerte, entrevistarte, y lo hará con calma, no querrá pasar nada por alto.

  • Te explicará su plan de trabajo, sus métodos y sus estrategias.

  • Comenzará entre ustedes una relación profesional basada en la cercanía y el respeto, pero no se cruzarán ciertas líneas.

  • Investigará y se dará tiempo para resolver algunas de las dudas que le plantees. Puede que no te responda a la primera.

  • Si no sabe algo o cree que no puede acompañarte en tu proceso por algún motivo, te derivará a algún colega de profesión o a otro profesional.

Por ejemplo en psicología, al ser una rama de la salud que abarca tantísimas áreas del ser humano, no todos podemos tratarlo todo. Cada uno tenemos un área de especialización. Puede ser adultos, o infantil, pero también puede ser atención temprana, autismo… o puede ser que con lo que más trabajemos sea depresión, ansiedad, fobias…

Dentro del área en el que yo estoy trabajando, que es el acompañamiento en la crianza, puedes encontrar en redes muchas personas con las que comparto temática. Lo que nos va a diferenciar es nuestra formación. Por ello, no va a ser lo mismo que yo te acompañe para resolver alguna conducta que te está provocando ansiedad o que viene asociada a un trastorno del desarrollo a que te la resuelva una mamá que comparte ideas en instagram. Ambas vamos a poder aportar mejoras a tu crianza, pero va a haber aspectos que sin una formación de base no se van a poder resolver y pueden conllevar un empeoramiento de la situación. Al igual que si tu como mamá, a parte de tu crianza, tienes un trastorno de ansiedad generalizada, yo te derivaría a un profesional que suela trabajar estos trastornos, antes de acompañarte en tu crianza, porque eso sería prioritario.

¿Cuál es la mejor manera, y la más sencilla para elegir un profesional cualificado?

  • Pregunta a alguien que ya haya acudido a un especialista por su vivencia.

  • Busca en las páginas web y redes. Los profesionales cualificados tenemos en nuestras webs nuestra experiencia y formación. Y a través de las redes te acercamos el trabajo que hacemos.

  • Si no estás segura, puedes solicitar una primera cita, así compruebas si hay feeling.

  • Recuerda que en cualquier momento puedes cambiar de profesional. No hay ataduras ni contratos de permanencia. Es tu salud y tienes que acompañarte por alguien con quien te sientas totalmente cómoda.

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