¿Qué podemos hacer en casa para educar y prevenir en sexualidad?

Esta es una pregunta que muchas familias nos hacemos a menudo. ¿Cómo puedo educar a mi hijo/a en casa en temas de sexualidad?. Por lo general buscamos ser una fuente de buena información, adaptada a su edad y que nos permita prevenir problemas cuando se aproxima la temida adolescencia.

Lo primero que tenemos que pensar es: ¿Qué es para nosotros la sexualidad?. Es muy importante saber de qué punto partimos. Qué es lo que se nos viene a nosotros a la cabeza, cómo la vivimos nosotros, qué nos provoca pudor, qué desconocemos…

Una vez sepamos que es aquello que “más nos remueve las tripas” podremos tratar de pensar el por qué vivimos la sexualidad propia como lo hacemos. Quizás nosotros no tuvimos una buena educación sexual, aprendimos de nuestros iguales, de la televisión o de lo que fuimos experimentando. Y lo que nos interesa es que nuestro hijo/a tenga una mejor educación que la nuestra.

Una vez nos conozcamos mejor, tenemos que saber que SIEMPRE hacemos educación sexual. Queramos o no, no hablar del tema, apagar la televisión cuando sale alguna escena, nombrar algunas partes de cuerpo con “motes” es educación sexual, y en mi opinión es una educación sexual en la que escondemos y ocultamos. Estamos creando un tabú que a la larga no nos va a gustar, porque querremos que nuestro adolescente nos hable y confíe en nosotros, pero las bases, respecto a la sexualidad no están bien creadas.

La sexualidad no es hablar de relaciones sexuales (coitales), enfermedades, embarazo… Es mucho más, es autoestima, diversidad, cuidado, gestión de emociones, autonomía…

Voy a tratar de poner algunas ideas, por etapa del desarrollo, que aunque genéricas pueden orientarnos a ver cómo podemos ir, poco a poco, construyendo una sexualidad saludable en nuestros hijos e hijas.

Desde la primera infancia podemos hacer cosas:

  • Fomentar el conocimiento del propio cuerpo

  • Nombrar todas las partes por igual, sin motes: vulva, pene… no pasa nada, cada cosa tiene un nombre

  • Fomentar la autonomía en el aseo

  • Aclarar qué personas pueden tocar su cuerpo y por qué motivos (Adaptamos esta información a su edad y su comprensión)

  • Ayudar a comprender emociones, nombrarlas y saber gestionarlas. (Te enfadaste, puedes tratar de calmarte respirando flojito… estás triste, es normal que te sientas así cuando ha pasado esto… Qué contento, conseguiste hacerlo solo…)

  • Facilitar cuentos que promuevan la diversidad

  • Dar oportunidades de elección y respetarlo

Cuando van siendo mayores:

  • Dar espacios de intimidad

  • Respetar sus tiempos, sus puertas cerradas (tocar, pedir permiso para entrar…)

  • Si vamos a ayudarle en la ducha o el vestido, podemos pedir permiso (Esto se hace más importante con personas con discapacidad, que entiendan que quien accede a su cuerpo debe tener su permiso)

  • Fomentar su autoestima a través de actividades en las que se sienta parte y que contribuye.

  • Dar aliento y responsabilidad.

  • Facilitar información y compartir momentos de aprendizaje sobre temas de afectividad, sexualidad, diversidad…

  • Crear momentos de compartir cosas del día a día. Todos contamos lo que nos pasa, opinamos y respetamos como cada uno vive su día a día.

En la adolescencia

  • El respeto de espacios, tiempos e intimidad es inexcusable. Se está forjando su personalidad, descubriendo quién es fuera del núcleo familiar y con sus iguales. Llegar a acuerdos sobre el uso de redes sociales, horarios de casa…

  • Seguimos fomentando el diálogo y la confianza, pero aceptando que cada uno se expresa como puede dentro de su momento vital.

  • Facilitar información sobre prevención de ETS sin crear momentos incómodos, si hemos creado un ambiente en el que se habla con normalidad de temas relacionados con la sexualidad ya habrán surgido momentos en los que estos temas se habrán hablado.

¿Qué más se les ocurre? Hay muchas más cosas que podemos ir haciendo en nuestro día a día porque siempre estamos educando. Solo que tenemos que enfocarnos en Educar Con Sentido.

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