¿Cómo vemos las conductas?

Hoy quiero ayudar a reflexionar, una vez más, sobre las conductas.

Esas conductas que queremos hacer desaparecer, pero que ya hemos visto que no es suficiente enfocarnos en ellas de forma superficial. Y es que si nos enfrentamos a un iceberg sabemos que no solo es la punta que vemos, sabemos que debajo habrá mucho más, que es más grande, más fuerte y más desafiante.

Pues las conductas son eso, un iceberg.

La punta es lo visible, lo que nos molesta, lo que nos gustaría hacer desaparecer. Pero lo importante de la conducta es todo lo que no vemos.

  • ¿Qué quiere expresar esa persona?

  • ¿Qué necesita?

  • ¿Qué nos está diciendo?

  • ¿Por qué no nos lo dice de otra forma?

  • ¿Qué habilidades necesita para poder hacer lo que quiere?

  • ¿Qué malestar hay detrás?

  • ¿Cómo puedo ayudarle a sentirse mejor?

  • ¿Cómo le ayudo a ser parte? ¿Cómo puede contribuir en su entorno?

  • ¿De dónde parte esta conducta?

  • ¿Qué experiencias previas tiene que puedan estar implicadas en esa conducta?

No podemos juzgar igual a un peque que necesita que le prestemos atención porque no se siente parte, que a otro que está pasando un proceso de duelo y que está lleno de tristeza. Y ambos pueden estar rompiendo material escolar. Pero el material no es lo importante, eso es la punta del iceberg, lo importante es lo otro.

Podemos castigarles, gritarles, sacarles fuera de clase… Pero se seguirán sintiendo mal, sin aprender nada… Sin embargo podemos escucharles, escucharles de verdad de la buena. Así podemos ACOMPAÑARLES y APOYARLES.

El material va a dejar de ser un problema cuando el primer niño se sienta parte porque ahora tiene roles de cooperación en clase, hace recados… y el segundo niño tiene espacios de escucha, tiene a alguien que entiende sus sentimientos, le acompaña y le apoya en su duelo.

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