¿Por qué la Disciplina positiva es la mejor alternativa para la crianza?

Cuando hablamos de crianza se nos suelen venir a la cabeza dos modelo de crianza extremos.

Por un lado tendríamos el Modelo Autoritario. “esto es así porque lo digo yo”, “en esta casa se hace lo que yo diga”… Los padres y madres son percibidos como una figura autoritaria, que impone las normas y ejecuta las consecuencias si estas normas no se cumplen. No se dialoga, las cosas son como son. Si se comenten errores hay culpabilización y castigos. Si se hace todo como se debe también pueden haber premios. Las normas son rígidas e inquebrantables y las consecuencias están claras.

En el otro extremos tenemos el Modelo Permisivo. En éste no hay normas claras, las decisiones las toma el hijo o hija. Se asume que cada uno es libre de hacer lo que quiera. Se le da más importancia a que nadie se enfade, y que todos estemos tranquilos. La parte afectiva, desde este modelo, si está cubierta.

Podríamos pensar que el autoritario es el más negativo en la crianza, sin embargo el autoritario ofrece una rigidez que hace que el niño y la niña sepan a que atenerse, aunque no sea positivo. Sin embargo, el permisivo, con esa ausencia de figura de referencia y esa falta de límites está criando a niños y niñas que no van a saber manejarse en la sociedad, porque no saben lo que son la responsabilidad y las normas.

El modelo permisivo puede, además, cruzar la línea hacia la negligencia, en la que el menor no está recibiendo una atención mínima necesaria para la crianza.

A parte de estos dos modelos, tenemos otros que me parece interesante que los conozcamos.

El Modelo Delegante. En este los padres y madres delegan la crianza en otras figuras. Es un modelo que hace que los menores no tengan claro quienes ponen las normas, y que se produzca una carencia afectiva por parte del padre/madre. Además, al delegar la crianza en otras figuras, estas pueden tener otros estilos de crianza que no sean positivos.

El Modelo Sacrificado. En este los padres y madres se sacrifican por el “bien” del menor. Todo es por y para él. Sin dejarse espacio para ellos. Esto hace que el menor aprenda que tiene derecho a todo y sobre todos. Es un modelo en el que los niños no adquieren responsabilidad ni respeto por los demás. Para inculcar respeto, debemos respetar pero también Respetarnos.

El Modelo Sobreprotector. Todo lo que hacemos se basa en que el menor está bien, y todo lo que le comunicamos es para controlar al menor. Los adultos asumen todas las responsabilidades y le trasladan al menor todo lo que debe hacer y cómo, para que todo lo haga bien y no se enfrente a ningún problema o posible daño o peligro.

Y después de ver, muy resumido, todos estos modelos… ¿por qué creo que es mejor seguir el modelo que propone la disciplina positiva?

  • La disciplina Positiva nos ayuda a poner límites claros y firmes.

  • Nos enfoca en el respeto mutuo. Respetamos al niño pero también a nosotros como cuidadores.

  • Todos en la familia cometeremos errores, pero son oportunidades para aprender. Lo perfecto no existe y no enriquece.

  • Nuestras acciones conllevan aprendizajes y buscar soluciones, ni castigos ni premios impuestos.

  • Somos responsables de lo que hacemos, nos enfocamos en nuestra propia valía y nuestro sentir, no en lo que otras personas piensan.

  • Toda la familia dialoga, opina y es tenida en cuenta.

  • No aplicamos consecuencias inmediatas, pensamos qué hay detrás de cada acción y tratamos de cubrir la necesidad existente.

  • Acompañamos a nuestros hijos e hijas desde el respeto, tratando de educarles en los valores que queremos que tengan cuando sean adultos.

  • Sabemos por qué hacemos lo que hacemos y cómo lo podemos hacer, qué herramientas y estrategias podemos utilizar. No nos dejamos llevar por el “siempre se ha hecho así y mira que bien estamos”

¿Qué te ha parecido? Podríamos añadir muchas más cosas, pero por hoy lo vamos a dejar así. Espero que les haya gustado.

Y recuerden: Acompañemos Con Sentido.

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